A lo largo de la historia se han producido diversas incógnitas sobre la existencia de la vida, sobre la evolución, sobre otras especies de vida, pero la más tratada o abordada es el ¿Cómo de a querido constituir al sujeto?, pero estás visiones son tan radicales que es necesario retomar las para hacer una pequeña introspección de lo que nos pueden aportar. Por tal motivo es inevitable analizar ¿Cómo se constituyen los sujetos?....
Para hablar de la constitución del sujeto se debe entender que diversas ciencias han tratado de explicarlo desde la psicología, sociología, biología, química, filosofía, pedagogía, etc. Pero ninguna ha sido suficiente mente completa para ser universal o única, además con esto también debemos concebir que al hablar del sujeto nos obligamos a retomar el orden social o la socialización; ya que con esto tenemos establecidos mediadores de la sociedad, es decir no son lo mismo pero están articulados para tener una interacción dialéctica:
Sujeto <------> Orden social
Nos ubicaremos para este desarrollo en la modernidad con Mchael Foucault, filosofo francés que intento mostrar las ideas que la gente considera verdades permanentes sobre la naturaleza humana y la sociedad cambian a lo largo de la historia. Con estos antecedentes tenemos que Foucault plantea el hecho que el sujeto está atravesado por discursos.
Foucault, en varias de sus obras, considera que la educación tradicionalmente ha sido vista como una práctica disciplinaria de normalización y control social, es decir, como una serie de dispositivos orientados a la producción de los sujetos mediante ciertas tecnologías de clasificación y división tanto entre individuos como al interior de los mismos. En otras palabras, el sujeto pedagógico es el resultado de la articulación entre los discursos que lo nombran –discursos pedagógicos que pretenden ser científicos- y las prácticas institucionalizadas que lo “capturan” –la escuela de masas-. La producción pedagógica del sujeto, propone Foucault, debe analizarse desde el punto de vista de la subjetivación: desde cómo las prácticas pedagógicas constituyen y median determinadas relaciones de uno consigo mismo.
Buenfil Burgos la cual define que “el discurso, en la medida en que es constitutivo de lo social, es el terreno de constitución de los sujetos, es el lugar desde el cual se proponen modelos de identificación, es la constelación de significaciones compartidas que organizan las identidades sociales. El discurso es espacio de las practicas sociales”.
Estos cambios, no deben pensarse como una ruptura tajante de su metodología anterior, sino como una ampliación de su campo de estudio.
Siguiendo nuestro hilo conductor, podríamos señalar que Foucault desplaza aquí el análisis hacia las formas en las que el sujeto se vuelve un sujeto "sujetado" al control y la dependencia del otro, como es atravesado y constituído a partir de ciertas y determinadas formas de poder.
Ya no se trata entonces, de un sujeto-objeto de conocimiento de un discurso objeto, sino de un sujeto que emerge del entramado de prácticas discursivas y no discursivas.
Esta inversión está correlacionada con una serie de modificaciones teóricas sustanciales.
Por una parte, Foucault no sólo abandona su convicción en la posibilidad de neutralidad del investigador de las ciencias humanas, sino que esta imposibilidad pasa a ser un tópico de su propia reflexión. Foucault se reconoce comprometido y atravesado en tanto investigador, por las mismas prácticas sociales que intenta abordar a través de su propuesta metodológica.
Por otra parte, y en estrecha relación con lo anterior, se modifica su concepción del lenguaje muy próxima al estructuralismo. Para el estructuralismo, el lenguaje es un sistema equilibrado y cerrado de signos; una estructura delimitada que contiene unidades simétricas de significantes y significados. El significado de un significante surge de la diferencia entre ese significante y los otros significantes.
Foucault se va a ubicar cerca de los llamados post-estructuralistas, para quienes el significado de un signo nunca es idéntico a sí mismo, sino que es el resultado de un proceso de división o articulación de signos, que son lo que son sólo porque no son otro signo.
Un signo no es algo irrepetible, y precisamente allí radica parte de su identidad, y también lo que la divide porque siempre puede adquirir un significado distinto de un contexto a otro.
Esto muestra que el lenguaje es menos estable de lo que pensaron los estructuralistas, y se presenta como un tejido ilimitado pero irregular, donde constantemente hay intercambio y circulación de elementos, donde ninguno de esos elementos es completamente definible y donde todo se relaciona y explica por todo lo demás.
Con esta figura del panóptico, Foucault identifica la forma de poder-saber propia de nuestras sociedades occidentales, a las que caracteriza como sociedades de control y corrección de las conductas para determinar una normalidad. Es por ello que se refiere a una era de "ortopedia social" por esta corrección.
Esta mecánica propia del poder se expande a través de las disciplinas, que son las encargadas de cruzar el cuerpo con la historia; ellas son a la vez, una anatomía política y una mecánica del poder.
Señala el filósofo francés en "Vigilar y Castigar": "La disciplina no puede identificarse ni con una institución ni con un aparato. Es un tipo de poder, con una modalidad para ejercerlo, implicando todo un conjunto de instrumentos, de técnicas, de procedimientos, de niveles de aplicación, de metas; es una física o anatomía del poder, una tecnología. Las disciplinas son métodos que permiten el control minucioso de las operaciones del cuerpo, que garantizan la sujeción constante de sus fuerzas e imponen una relación de utilidad-docilidad".
Desde la perrspectiva postmoderna tenemos la visión de Rosa Nidia
En consecuencia, Buenfil Burgos afirma que “Educación ha sido limitada a la escolaridad” y que esta situación a lo largo del tiempo dejo interrogantes para responder, como por ejemplo: ¿Qué tipo de sujetos se construyen?
Por esta razón, Buenfil Burgos destaca que “la escuela es una institución educativa dominante por el reconocimiento social que detenta, por ser la única institución con capacidad jurídica de certificar los conocimientos o un cierto tipo de educación”.
Para finalizar, Buenfil Burgos deja una definición de educación donde subraya que “a partir de modelos de identificación propuestos desde algún discurso específico (religiosos, familiar, escolar) el sujeto se reconozca en dicho modelo, se sienta aludido o acepte la invitación a ser eso que se le propone”. ´
Toda su obra bien puede entenderse como el intento de proveer una alternativa en el campo de la comprensión de la actividad humana, tanto a las concepciones fenomenológicas, al estructuralismo y la hermenéutica; en tanto todas conservan para nuestro autor, resabios del pensamiento moderno.
Ha procurado evitar el análisis estructuralista, que elimina totalmente las nociones de significado y las sustituye por un modelo formal de conducta humana. Evita, también, el proyecto fenomenológico de rastrear todo significado subyacente a la actividad productora de significado de un sujeto trascendental autónomo. Finalmente, evita el intento del comentario como relectura del significado social implícito en las prácticas sociales, tanto como el descubrimiento de un significado diferente y más profundo del que los actores sociales son conscientes.
Foucault, a lo largo de toda su obra, procuró desenmascarar los sucesivos ocultamientos de aquel sujeto, asumiendo, con todas sus consecuencias, un exasperante escepticismo antropológico: "el sujeto, -sostiene- no es una sustancia. Es una forma, y esta forma no es sobre todo ni siempre idéntica a sí misma, sino que tiene una historia".
Simultáneamente con esta declaración de muerte del sujeto moderno, el filósofo francés trabaja, en una reformulación de una teoría del sujeto. Indaga, repasa, releva las distintas formas que ha adquirido a lo largo de la historia del pensamiento, los distintos tipos de sujeto que en ella se han dado.
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